Saturday, May 08, 2010

Sucedió en Julio de 2009

De vuelta a mi casa, un mendigo me ha pedido un cigarrillo. Cuando se lo he dado, me ha ofrecido vino de su brick. He declinado la oferta, pero me he sentado a hablar con él. Era polaco, unos 55 años y su padre había muerto en una mina. Se vino a España a probar suerte, y solo encontró la mala. La de mendigar y pedir cigarrillos a chicos de 16 años que no aceptan su vino. Tenía las uñas comidas y negras, y las manos llenas de suciedad. Aún así, a la hora de despedirme me ha tendido esas manos para darme las gracias por un simple rato de conversación. Y yo, burgués, de buena familia y mejor barrio, se la he dado, y la otra también, sellando esa unión de manos, porque las gracias debía dárselas yo a él.

5 comments:

Artemi said...

Historias como éstas son las que necesitamos, las que de verdad interesan, las que nos hacen creer en la Humanidad, las que debería leer todo el mundo. Habría que empezar a publicar un periódico repleto de pequeños acontecimientos como éste que escribes.

JorgeS said...

A Javi, Artemi y a todos los que os haya gustado la historia de Javi, os recomiendo leer "Los árboles mueren de pie", o si ir a verla al teatro. Especialmente la primera escena!

Anonymous said...

Enhorabuena por lo que haces, Javier.
Joaquín Roselló
padre de Los Olmos

Jorge said...

Javi, soy Jorge:

dos cosas:
a) para cuando el volver a escribir?

b)ponme un link a oikeuselamaan.wordpress.com

Anonymous said...

se hechan de menos tus poemas...
LSD