Tuesday, October 07, 2008

En Nueva York

Bueno... Este verano he estado en EE.UU, con mi familia. pasé 4 días en NY, 3 en Washington y 3 en Niágara.
La 2ª noche en Nueva York, al fin del primer día, escribí algo. Íbamos en un autobús de esos de turismo por la ciudad y no me pude resistir a escribir una carta a alguien especial que estaba en Madrid. A mi vuelta a la capital española se me olvidó dársela, y ya no tiene sentido, porque hace más de dos meses que pasó.
Pero vosotros lectores de mi blog (las 2 o 3 personas como mucho que siguen leyendo aquí)... Merecéis leerla.
y aquí viene.
Gracias, Lola, por animarme a subirla

Nueva York, sábado 26 de Julio.

En Nueva York todo cambia:


Alumbrado por un cigarrillo, las luces de Brodway se perciben por los 5 sentidos a la vez. Los carteles publicitarios, McDonald’s, Coca-Cola, asedian mi mente en una batalla en la que siempre vencen. La nostalgia de un Madrid siempre acompañado de tu imagen no tiene nada que hacer contra este "carpe diem" (vive el momento) americano.


Central Park es capaz de empañar los recuerdos más bellos del Retiro a tu lado.

Las maquinas de perritos, tras las que suele imperar un hispano, se encuentran en cada esquina. En las pocas manzanas, casi ninguna, en que no veo una de éstas, suele haber uno de los clásicos camiones de helados que tantas veces hemos visto en películas o series.


El Empire State es, con creces, más alto que nuestros rascacielos madrileños, de los que estamos tan orgullosos. Incluso la "zona zero"(antiguo emplazamiento de las torres gemelas) parece más romántica que las cenizas de nuestro edificio Windsor.

Los atardeces desde el East Side neoyorquino son desde luego merecedores de ser mencionados en los libros más poéticos.


Pero a esta ciudad, a este país tan avanzado, a esta tierra que controla todas las demás, le falta algo. Una vez las luces de Broadway se han extinguido, cuando el olor de Central Park no se puede percibir, en el momento en el que el hotdog se acaba, mientras el empire state solo se ve tras una ventana y la zona zero es solo una palabra que designa un horror, ya ha anochecido. En ese instante en que el sueño empieza a notarse, una imagen me viene a la cabeza. Pienso en todos los momentos junto a una niña madrileña. Y ya entiendo qué le falta a esta ciudad.


7 comments:

Anonymous said...

Me encuentro tu blog casi por casualidad.

Interesante, sí.

Florido.

Javier said...

Florido.... apellido, no???

Anonymous said...

claro, claro...

con un nombre así no vamos a ningún lado... o sí, pero sería enfrente.

Florido.

Javier said...

Bueo pues lo del nobre está resuelto y lo de "casi por casualidad"??? Juan G. Blanes?

Anonymous said...

me encanta!

Anonymous said...

Vaya... pensé que era más evidente.

Florido.
E.F.

Anonymous said...

para mi
es lo mejor q has escrito
no pares nunca de escribir!
me encanta!